«Cuevas». Autor: Víctor Hugo Hernández Cedillo.
En esta semana murió aquel gran hombre tan criticado por su manera de ser: José Luis Cuevas; el pintor, el dibujante, el escultor y el escritor, irreverente por antonomasia; a nadie engañó, fue como quiso ser, original, crítico hasta con los grandes consagrados y no obstante ello se impuso en un mundo de intereses, donde el común es desconocer o de plano acabar con los talentos que se dan.
Quién lo dijera, sobre todo en el ámbito de la cultura y el arte, es donde este fenómeno de envidias y de traiciones se da con mayor frecuencia. Sin meterme en los problemas personales o en las tragedias familiares, José Luis Cuevas emprendió el viaje eterno con dos tristes sinsabores que le deparó el destino.
Viudo, se volvió a casar, no se le perdonó esa decisión personal y por tanto respetable, sus exequias en el Palacio de la Bellas Artes, por desgracia, estuvieron pintadas de negro, más negro que el negro del luto, no sólo por su familia sino también por sus amigos, que no lo son tanto, cuando no respetaron sus decisiones íntimas y su ceremonia luctuosa la convirtieron en un aquelarre de griteríos sin sentido.
Otra tristeza que se llevó al eterno insondable, fue la falta de nobleza de sus vecinos, cuando, después de obsequiar algunas de sus obras para embellecer la Avenida Altavista del sur de la Ciudad, se negaron a que la misma llevara el nombre de ese artista que ya entró a la inmortalidad.
Ante esta situación de falta de hidalguía y de señorío, propongo desde el rincón de estas líneas, que para dejar a todos contentos, a dicha vialidad se le imponga el nombre de: “Avenida Altavista de José Luis Cuevas”.
Sobre las disputas familiares en las que los que se dijeron sus amigos han tomado posiciones que no les corresponden, me quedo con las palabras de la secretaria de Cultura federal, María Cristina García Cepeda, la querida “Maraki”, José Luis Cuevas “vivió como sólo él podía hacerlo: irreverente, profundamente original, generoso, visionario, sinónimo de libertad creativa”. En Memoria.
QEPD
Twitter: @Vichhc