Combate espiritual, conmigo mismo desde España.
(Sólo hay dos corrientes: El espíritu de Dios o el espíritu del mundo)
El camino con ser camino,
es un encuentro de pasos,
un cruce de abecedarios,
una concurrencia de pulsos,
un juego de idas y venidas,
de mil vueltas y revueltas,
un partido de emociones,
de modos de ser y maneras
de vivir, de estilos y estigmas,
que nos hacen renacer cada día.
Cada cual con su talante,
cada cual con su talento,
cada cual con su vida,
cada cual con su muerte,
cada cual con su búsqueda,
la de sentirse amado,
la de sentirse querido,
la de sentirse bien,
en paz consigo mismo,
y armónicamente fusionado.
Conciliémonos y reconciliémonos,
los enemigos vuélvanse amigos,
sembremos bondad en la maldad,
amemos a los que nos repelen,
loemos a los que nos maldicen,
pongamos luz en la noche,
desvivámonos por los demás,
vivamos el amor de amar amor,
démonos aliento unos a otros,
compasión y pasión de Cristo.
Seamos en verdad constructores,
destructores jamás, misericordiosos
siempre, activos y compasivos,
y si hemos de acusar a alguien,
que lo sea a nosotros mismos,
pues no hay senda más seda,
que dejarse llevar por el alma,
que dejarnos conducir por Jesús,
y renunciar al espíritu mundano,
hasta ser un mártir y un testigo.
Víctor Corcoba Herrero