Arena suelta: Y de qué sirve el – ya sabes quién-
Por: Tayde González Arias. Hablar mal de una persona habla más de quien lo hace que de quien lo hacen, es premisa que en la actualidad cobra valor en prácticamente todos los escenarios, sin embargo en la política, en donde hay que cuidar más que nunca lo que se dice debido a los procesos electorales que se viven, la manera en la que se hace referencia a las personas, calificando de una u otra manera o refiriéndoles de forma impropia, no solo no es correcto si no que aleja del entendimiento, abona al señalamiento social y separa de un temperamento solido de quien lo llega a hacer.
Hace unos días (como ya se esperaba) algunos precandidatos fueron señalados por conductas que para algunos pudieran considerarse poco lúcidas, en primer referencia se filtro un audio en medios en donde uno de los sujetos en cuestión se refería a otro como ser una persona preparada y a quien admiraba, entre otras palabras de alago, y si bien para algunas personas hablar bien de la competencia puede parecerles mal, personalmente me parece poco mas que aceptable que entre los competidores se reconozcan y se encuentren las capacidades del análisis y la crítica, de modo que si para muchos pudiera ser correcto sólo el debate la confrontación y los malos señalamientos también hay algunos a quienes nos agrada saber que entre políticos, vecinos o conocidos se puede hablar bien de los contrincantes, o esas personas poco conocidas o desconocidas totalmente de las que nada se gana con señalar y mucho con reconocer sus talentos.
También, en el marco de los días pasados uno de los referentes políticos se refirió a algunos intelectuales señalándoles como falsos en sus creencias y simular ser lo que no son, por su puesto al ser líderes de opinión no se dejaron esperar las respuestas, de ahí que se manejan versiones que van desde el 1.0, de Denise Dresser, hasta el 2.0 en los que se da respuesta a los comentarios de uno de los precandidatos, en ellos se señala el poco interese que como un líder político debió hacer a políticas estructurales y en los que se ha mantenido al margen como: la ley de seguridad interior, recientemente legislada, la fiscalía anticorrupción o temas de intereses social como la legalización del aborto o el matrimonio igualitario y que poco o nada ha podido tener una postura clara y menos ofrecer un argumento frente a dicha temática.
Para hablar mal de los otros, además de evitar hacerlo es necesario tener el mínimo conocimiento de la personas y su historia, sopesar de quien se trata para evitar que les sea contraproducente, para ir por la vida haciendo amigos por interés y enemigos por voluntad en lo único que ayuda es que el mundo sea una fé de amor y desamor, de interés y desinterés, y de odio y rencor, y es claro que no puede abonar a un vecindario un líder que no saber respetar las opiniones de otros, ni aun país la intolerancia, el lenguaje florido o la desfachatez, hacia los que no comparten nuestro mismo punto de vista.
Ha concluido el tiempo de las precampañas, o dicho por la institución electoral (INE), las inter campañas, y los meses por venir deben dar la oportunidad a los lectores de encontrar la definición y señalar las mejores propuestas que ayuden al país a mejorar en cuanto seguimos estando mal, especialmente en temas como seguridad, el tratado de libre comercio y, si posible la renegociación con Estados Unidos y por su puestos otras tantas tareas pendientes como el empleo, desarrollo económico y la posible transición a un nuevo régimen político solo por mencionar, y pensar en quién podría garantizar ese estado de desarrollo de los que aspiran a poder hacerlo sigue siendo una tarea que antes que a nadie ha de corresponderle al electorado, pues no se trata de hacer anuncios de quienes serán los que tengan las riendas de las secretarias o escuchar como se conformaran los gabinetes es importante tener claro quién será el capitán del barco que evite que México siga en picada y antes se coloque a flote con destino al buen puerto.
Mas allá del receso que habrá en materia de campañas electorales (pues de manera indirecta seguramente las seguiremos viendo), sigue habiendo un número importantes de votantes indecisos a los que solo pueden convencer las propuestas claras sobre qué hacer para lograr estabilidad y desarrollo, y cómo lo harán, sin que de broma o de forma seria se considere que un – ya sabes quién- sea la nueva manera de engancharnos a los que puede ser como esas canciones que de pronto se encuentran en el top ten, pero que por su vacío de contenido se convierten en flor de un día.