Arena suelta: Que cada pueblo tenga el líder que merezca tener
Por: Tayde González Arias. Los liderazgos del mundo son reconocidos gracias a la sociedad de la información en la que vivimos, y aunque no siempre es totalmente recomendable creer en lo que todo un reportaje diga o lo que un sólo medio de comunicación haga mención, lo que si podemos hacer es conocer como el caso de la medicina y el doctor, una segunda (si no es que hasta tercera) opinión. Lo sucesos del mundo, las acciones, la forma de hacer, de las cosas que muestran desde el carácter hasta el pensamiento mismo de quien las ejecuta, de modo que una vez que nos informamos y nos letramos de lo que sucede en una nación sabremos la línea política en la que él o la líder de ese lugar, lleva un camino o destino para mantener o no a flote el grupo que lidera.
Los rumores logran su objetivo en aquellas personas en las que el análisis no les es costumbre o de su agrado, pues quien sólo se deja guiar por lo que digan de un representante sin conocer su historia de vida, la situación geopolítica, social y económica, vamos, el contexto difícilmente podrá estar cercano a la verdad. Aprovechar la facilidad con la que podemos acceder a medios que son identificados como parte de una ideología y lo mismo en un equipo electrónico que en papel hojear todas las opiniones, permiten hacer una reflexión más profunda sin duda y acercar a la verdad.
Lo que sucede en la actualidad en Corea del Norte, Venezuela o en el Medio Oriente, tiene muchas explicaciones y aunque genera mayoritariamente rechazo e incluso en minoría de ideas de aceptación, tendrá mejor argumento si se analiza desde fuera y adentro, es decir conociendo lo que los medios estatales dicen y aquellos en cuya investigación existe mayor fundamento de tales o cuales condiciones.
La historia de los pueblos describe también los liderazgos que han sido cobijados para llevar las riendas de grandes o pequeñas tribus, recordar que a través de los tiempos el líder debía ser al más viejo o el más sabio, debe alentar al presente a exigir cuando menos lo símil, y aunque en el pasado la sabiduría se fincaba al hombre o la mujer que viniera de una estirpe familiar de valentía y una vida dedicada al conocimiento empírico y teórico, la realidad exige de la academia y de la preparación en todas las áreas de las ciencias para tomar las mejores decisiones para la comunidad, de tal suerte que el líder sepa en done se puede construir un tanque de agua y con qué características o bien cuál es el mejor cultivo para su tierra, lo mismo que la identidad cultural del pueblo que le ha tocado liderar.
Si un líder como es natural del hombre, no sabe necesariamente todo y de todo, entonces habrá que hacer uso de sus inteligencias para la selección de un grupo de colaboradores que con eficiencia y profesionalismo aporte al desarrollo del bienestar de sus conciudadanos. Los buenos líderes que seleccionen su grupo de trabajo que permitan terminar con el analfabetismo, la pobreza y la discriminación de cualquier tipo y dándonos tiempo para que la conciencia abone al amor y a la felicidad.
Las teorías en las que se pretende crear hombre y mujeres que lideren pasando por encima de los demás, justificando los medios, es tan caduco que se puede ver en la miseria humana que nos aqueja, por lo que la selección de lo mejor para lograr un mejor futuro no es una opción sino una obligación de aquellos hombres y mujeres que en un momento determinado han de elegir quien llevara su barca a buen puerto.
Seguir pensando que el dinero o los medios masivos son quienes van a seleccionar una o un líder es por supuesto libre, sin embargo, no por tener estas ideas hemos de dejar de hacer conciencia, de pensar o permitir la imposición, antes al contrario mostremos la civilidad que conlleva la buena elección, lo que se logra como la arena más fina sobre el harnero, quitando las piedras más grandes que no son de utilidad y obteniendo la masa perfecta para construir. Si el pueblo tiene el gobierno que merece, entonces hemos de merecer lo mejor, que representa la mente capaz de terminar con las pesadeces que impiden una vida buena para todo un pueblo o nación.
Bienvenidos los buenos líderes que gobiernan a conciencia a aquellos que se han dejado a llegar de lo que falta y afecta a los pocos y a los muchos, malhaya quienes se vuelven insensibles, incapaces o trapas y por supuesto los aplausos para los ciudadanos que no se dejan intimidar frente al mal dato o el falso comentario de los demás, debemos de participar y como en el mercado elegimos la fruta más madura y la verdura completa que nos permita un mejor guisado, también al seleccionar cuidadosamente los liderazgos además de cambiar nuestras situaciones de vida, transformamos la de los demás.