Los trasplantes de riñón, cambian la vida de las y los michoacanos
Ángela Selene, una paciente, ha retomado su vida y ha recuperado las ilusiones
Morelia, Michoacán, a 17 de marzo de 2021.-Un riñón no es algo que se compre en cualquier lado, por eso, al recibir un trasplante es importante cuidarlo y cuidarnos, así lo manifestó Ángela Selene Pérez García, originaria de Ciudad Hidalgo, de 22 años de edad, quien se manifiesta feliz y contenta por volver a recuperar sus ilusiones y retomar su vida.
A su corta edad, Ángela por fin empieza a gozar de una buena calidad de vida, ya que su peregrinar inició desde inicios del año 2012, cuando médicos del hospital Infantil “Eva Sámano de López Mateos”, le diagnosticaron enfermedad renal crónica (ERC) y la anotaron en la lista de espera para recibir un órgano.
Antes de que esto sucediera inició su tratamiento de diálisis y hemodiálisis y después de cuatro años (2016) recibió la noticia de que sería trasplantada. Por su edad fue canalizada al Hospital General “Dr. Miguel Silva”, para continuar con su atención médica y realizarle la intervención quirúrgica del órgano el 29 de marzo de ese mismo año, el cual rechazó su cuerpo y en esa misma semana tuvieron que retirárselo.
Con tristeza, recuerda el hecho y platica cómo fue ese proceso para ella: “Me sentí muy deprimida, la verdad me di por vencida y ya no quería volver hacer trasplantada, no tenía los mismos ánimos que cuando inicié todo este proceso, sin embargo, mis médicos me convencieron y me volví a inscribir en la lista de espera y a los tres años me volvieron a dar la noticia que ya había un riñón para mí, situación que me volvió a dar esperanza y fe”.
Ángela hace un exhorto a todas las personas que se encuentran en su misma situación a que le echen ganas y no se desanimen, que nunca pierdan la fe ni la esperanza porque las segundas oportunidades no se le dan a cualquiera y que si Dios así lo quiere es por algo.
Ahora ella ya puede trabajar, ir a la escuela, puede salir, aunque ahorita con la pandemia se está cuidando más por ser vulnerable ante el COVID-19, ante su condición médica; sin embargo, vive feliz porque su vida cambio totalmente para bien y es otra persona.