Poema Rojiblanco, autor: Víctor Hugo Hernández Cedillo
Y ahora, un poema… justo en el mes del Amor:
¡Oh, Chivas!
Pocos entienden esta pasión
y como disfruto esta emoción,
casi junto al tiro de esquina,
dejo mi voz que no desafina.
Mi garganta cantando les pide,
un gol aplazado nos lo impide.
Entre brincos, cánticos y aplausos
pasa tu Historia llena de halagos,
hemos pasado victorias y fracasos,
más nunca pierdo la fe en los estadios.
¡Oh, Rebaño! eres un sentimiento
que me hace Chiva de nacimiento,
me haces vibrar y contener el llanto,
cada que: «Daleee Rebaño» yo canto.
Me aferro a la bandera que postra
tus hermosos colores que muestra,
Tu Grandeza es real, pura e infinita
que ninguna televisión te la inventa.
Deja que se vayan los de ocasión,
que para eso estamos los de corazón,
deja que sigan las burlas y la envidia,
que callarían si conocieran tu osadía.
Vivo atrapado con tu glorioso nombre
como nunca se ha visto a otro hombre,
eres la magia que alimenta mi alma
cuando le llega una copa y la calma.
Estoy trepado en tu Historia infinita,
que la felicidad, ni una derrota la quita.
Abrazado a mí llevo tu jersey rayado,
que parece lo traigo en la piel tatuado.
Codo a codo, levantamos todos las manos
compartiendo el sentimiento de hermanos,
en tu nombre de las derrotas nos olvidamos,
los que con fuerza a tu amor nos sumamos.
Tu cancha es el sueño de muchos
y a donde vayas querrán opacarte,
pero no saben que los mexicanos
para jugar lo hacemos con arte.
Aquí en la tribuna nace mi locura
y la insaciable sed de alentarte,
te apoyo alegre y con frescura,
esperando ganarle al oponente.
Desbordas de sueños mi mente
y siempre te apoyaré fielmente.
En la cancha haces que despierte
un escenario implacable y ardiente.
Si habremos tocado la gloria
fue porque tú nos llevaste a ella,
y aquí nos tienes llenos de euforia
con el apoyo de tanta mujer bella.
Infinita Grandeza yo te declamo,
que al Deportivo es al que yo amo…
¡Oh, Chivas!