3 mitos y realidades sobre la deliciosa papa: El alimento del futuro
Después del maíz, el trigo, el arroz y el frijol, es el quinto cultivo de mayor importancia en México y uno de los alimentos más populares del mundo desde hace miles de años.
Ciudad de México, 12 noviembre de 2021.- Ha sido llamada el alimento del futuro por la FAO en 2008, la cual le declaró un año internacional. Después del maíz, trigo, arroz y frijol, es el quinto cultivo en México y entre las leyendas que la rodean se encuentra el de una antigua cultura que, agobiada por el hambre y los saqueos, pidió a los dioses ayuda, los cuales enviaron a la tierra la planta que, bajo la tierra, ocultaba el fruto para que no pudiera ser robado por los tiranos y sólo consumido por aquellos hombres que la necesitaban.
“La papa es uno de los alimentos básicos más populares del mundo, esto debido a su versatilidad culinaria, salud nutrimental y adaptabilidad. Se trata de un tubérculo que forma parte importante del sistema alimentario mundial, desde las cocinas más refinadas hasta las más populares; sin embargo, también se han originado mitos alrededor de ella, los cuales muchas veces obstruyen el acercamiento hacia este ingrediente tan suculento como nutritivo”, explica Elsa Monroy, Marketing Chef de México para Simplot, la compañía global líder en la producción y distribución de alimentos congelados del mercado foodservice.
Por lo anterior, la experta culinaria comparte 3 mitos y realidades sobre la deliciosa papa, la cual ha conquistado el mundo desde su origen como alimento hace unos nueve mil años entre las fronteras de Bolivia y Perú:
1. Nutrientes importantes de la papa
Si bien el compuesto más conocido de la papa es el almidón, también es una fuente de nutrientes importantes. Entre otros se encuentra la vitamina C —una papa contiene la mitad de la ingesta diaria recomendada—, hierro, potasio y carbohidratos, por lo cual las papas son una buena fuente de energía. De acuerdo con datos de la FAO, de toda la familia de los cultivos de raíces y tubérculos, la papa tiene el contenido más elevado de proteínas: en torno al 2.1% del peso del producto fresco, y sus proteínas son de una calidad razonablemente buena, ya que sus aminoácidos corresponden a las necesidades humanas.
2. Popularidad en México
Así como en el mundo, donde es el cuarto cultivo en importancia, en nuestro país la papa goza de buena popularidad. El consumo de papa por persona es de 14.3 kilogramos por año per cápita y en términos de consumo, se coloca en quinto lugar nacional, sólo por debajo del maíz, el frijol, el trigo y el arroz. Antes de la pandemia, la producción nacional fue de más de un millón 783 mil toneladas, de las cuales 28% se destinó a la industria de las frituras, 15% a la producción especializada de semilla y el 56% al mercado fresco, lo cual revela su versatilidad, como revela la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
3. Papas fritas, un favorito global
Cuando se habla de papa frita, muchas personas creen que al ser un producto congelado, no es un alimento tan valioso como el fresco; sin embargo, la realidad es que estos productos son tan nutritivos como sus pares frescos, además de generar ahorros, ser de preparación rápida y muy versátiles, por ejemplo, para los negocios de comida. Esto es clave en el caso del formato delivery, el cual tuvo un repunte a partir de la pandemia; en este caso, algunas papas como la Conquest® Delivery+ son cultivadas y procesadas para este segmento, permaneciendo crujientes por más de 40 minutos después de la cocción y si los calientas en el microondas por 12 segundos, quedarán como recién salidas de la freidora, conservando todas sus propiedades.
“Como vemos, con estos mitos y realidades la relevancia de la papa se expresa precisamente en su nobleza, incluso siendo reconocida como un alimento del futuro que puede ayudar al mundo a enfrentar problemas como el hambre, mientras que en el industria foodservice se posiciona como un aliado para optimizar menús y mejores servicios. Finalmente, en el caso de México, la papa aún tiene mucho por delante como un alimento base con propiedades que no se conocen tanto, pero que pueden aportar mucho”, concluye Elsa Monroy de Simplot.